14/12/09

Primera cena de Navidad con el novio (1945)


M
i Abuela y abuelo se conocieron en verano, mientras mi Abuela paseaba en Acapulco. Ese diciembre, antes de las fiestas navideñas, mi abuelo pasó a casa de mi Abuela para decir que no podría pasar con ella la Navidad, pues "se iba a Cuernavaca con unas amigas". Estela, la hermana de mi Abuela con quién vivía en ese entonces, le pasó el recado. Mi Abuela, de carácter fuerte como era (es), no hizo mayor caso de comentario, me cuenta hoy en día que pensó "que haga lo que quiera", y ni coraje hizo. Total, llegó la noche de Navidad y mi Abuela se preparaba para la cena. Para rizarse el cabello, usó un trapito, un pedacito de kleenex y un pasador (los llamados "cohetitos"). Estaba con toda la cabeza llena de tan elaborados artefactos, cuando su otra hermana, Celeste, le dijo, "mira por la ventana, ahí viene Alberto". Mi Abuela, incrédula, le dijo "ay, sí, tú", y se fue a la puerta para ver en persona si tal mentira era desmentida. Al abrir la puerta de jalón, se topó inmediatamente con mi Abuelo, que en traje impecable y sombrero, llegaba de sorpresa para Navidad. ¿Y qué hiciste??, le pregunto con curiosidad y sorpresa. "Salí corriendo a quitarme los cohetitos de la cabeza, ni lo saludé ni nada, me metí gritando", me dice mi Abuela.

Más tarde, al sentarse a cenar, llegaron 4 parientes de Jorge, un cuñado de mi Abuela. Llegaron en la tarde y -sin haber sido invitados a cenar- se quedaron a la cena de Navidad. Como no estaba contemplado que se quedaran, la familia tuvo que acomodarse entre el comedor y la cocina, y la cena apenas alcanzó. Mi Abuela cierra la anécdota diciéndome: "lo bueno fue que Estela le guardó una pierna a tu abuelo, si no, ¡imagínate!". Obviamente, se refiere a una pierna del pavo ;) .

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